Sección con temáticas diversas:
Amigos; la familia que uno elige
Vídeo homenaje de sus mejores amigos
Logotipos
Toti diseñó dos grupos de logotipos de su marca como artista. Por un lado, la de "Toti Mahoney", que fue su nombre artístico la mayor parte de su vida, y por otro lado, "Sandghost", que empleó durante su último año de existencia. También hizo uso de los seudónimos "Troborudas" y "Totinolis", pero no tenemos constancia de que dejara logos para ellos.
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| The Sandghost; logo simple |
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| Toti Mahoney; logotipo de color blanco |
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| Toti Mahoney; logo negro |
Hola Chache
Te escribo esta carta en el blog. La borraré tan pronto tenga fuerzas para hacerlo, dado que al ser un espacio dedicado a tu arte, mantenerla me parecería de mal gusto, y probablemente no sería lo que tú hubieras querido. Por todo ello, esta entrada será fugaz en el tiempo.
Me cuesta mucho expresar o describir lo que siento, pero hoy creo que te hablaré de dos cosas (si he dicho “te” porque es para ti; los vivos tenemos nuestro propio mundo, con sus dolores, traumas, satisfacciones, problemas, y quería que esto lo leyeras tú, te hayas convertido en lo que quiera que seas al cruzar al otro lado).
Recuerdo cuando me enteré de tu desaparición. La verdad es que no sé por qué, estaba bastante seguro del desenlace que tendría todo aquello. Por aquel entonces, la adultez nos había separado tanto que parecíamos vivir en polos opuestos del mundo. A veces tenía la sensación de que cuando nos reuníamos con papá y mamá éramos casi como extraños, y ya para colmo la pelea que tuvimos y en la que no hicimos las paces antes de que te fueras. Pero en ese preciso instante, me invadió un dolor en lo más profundo de mi ser que dejé mi trabajo a medio hacer, y fui corriendo a buscarte, a ver si podía hacer algo por evitar lo inevitable. En ese momento, pasaste de ser un adulto casi extraño a ser mi chache pequeñito del que tenía que cuidar. Los mundos de distancia pasaron a ser centímetros, la distancia se redujo a la cercanía del hogar de la niñez. Recordé una vez, que decías que querías irte de casa con unos seis años. Cogiste un hatillo con tus juguetes más preciados e hiciste que partías. Yo te seguí a cierta distancia en todo momento porque no quería que te pasara nada. Al final volviste a casa. Aunque me acordé de ello, sabía que esta vez no sería así, pero te tenía que buscar, estuvieras donde estuvieras. Tenía la remota esperanza de que aún podríamos recuperarte, de que algo podría fallar en tu plan que te dejara malherido y poder rescatarte, pero como era de esperar, no fue así. Ya habías escrito tu destino y manifestado tu voluntad.
Con el tiempo entendí los mensajes que fuiste dejando, algunos escritos como “no se puede salvar a quién no quiere ser salvado”, algunos detalles de tu obra en la que plasmabas tu sufrimiento. Cómo dejaste tu habitación, como si no fueras a desaparecer, sin coger nada, con la estación meteorológica y demás dispositivos electrónicos encendidos. Con todo colocado como si la vida siguiera con toda su cotidianeidad. Todo eso significaba algo, y es que deseabas que todo siguiera para los demás como si no hubiera sucedido nada. En esto último, he de decirte que no podemos satisfacer ese deseo.
Si todo esto me ha dejado casi sin palabras y sin prosa, he de agradecerte algo de todo corazón. Gracias por haberme incluido entre los cuatro seres queridos que te encontramos, con los que creciste. Eso me hizo sentir muy especial. El día que apareciste sentí tu llamada, como se me encogía el corazón y una voz o una energía me decía que fuera con papá y mamá allá donde estuvieran, que en esa búsqueda no pintaba nada. Ese acontecimiento, para mí casi milagroso, me hizo averiguar dos cosas: la primera lo importante que fui para ti en algunos momentos de tu vida y lo afortunado que me sentí al saberlo; la segunda que se que de alguna forma sigues existiendo, como un ente, una energía, o lo que sea, que sigues ahí. Esto último no solo lo he sentido yo, también lo han notado ciertas amigas que te querían con señales, arco iris, ángeles en el cielo (si me leen, ellas saben de lo que hablo y por supuesto tú también, que eres el artífice).
Seguro que me dejo muchas cosas en el tintero, pero quisiera añadir qué haría si pudiera verte aunque fuera un momento. Pues creo que te abrazaría y lloraría y te diría “lo siento si no fui un buen hermano, si no estuve a la altura de tus expectativas”. Sabes que disto mucho de ser perfecto, supongo que como todo el mundo.
Por último, decirte que estos días leí el Principito. Lo leo cada cinco años más o menos, y cada vez significa una cosa para mí. Es una obra que llena de sentido mi vida siempre en algún aspecto. Esta vez lo leí por ti y por todo lo que ha pasado, pensando que tú serías claramente el Principito, pero me llevé una decepción. Eras una mezcla entre él, la rosa (con sus aparentemente amenazantes pero realmente insignificantes espinas) y una especie de personaje antagónico con respecto a los adultos que poblaban sus diminutos asteroides. Yo me identifiqué un poco con todos los adultos, creo. A veces el farolero, a veces el vanidoso, el hombre de negocios, el rey sin reino, el geógrafo. Me ha hecho sentir como un puto idiota al verme como alguien a quién solo le importan cosas superfluas. Pero me ha decepcionado que tú no hayas sido el Principito al 100%. ¿Lo ves? Tú tampoco eres perfecto, ni perfectamente bueno como creemos que es alguien cuando muere a destiempo, ni perfectamente malo como tú creías ser al irte antes de tiempo (en verdad, tenías mucho más de bueno que de malo).
Un abrazo estés donde estés....
Tu Chache
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